En esta emocionante travesía artística, cuento con un equipo de trabajo excepcional: mi familia. Mi papá, Juan Camilo, es la brújula que siempre nos orienta, con su sabiduría infinita y su presencia tranquilizadora. Él es la voz de la razón y la motivación que me impulsa a seguir adelante incluso en los momentos más desafiantes. Mi mamá, Tatiana, es el corazón creativo y lleno de amor de nuestro equipo. Su entusiasmo y paciencia son ilimitados, siempre lista para celebrar mis logros y ofrecerme apoyo incondicional que me ayudan a crecer y mejorar cada día.

Y no podría dejar de mencionar a mi hermana menor, Sofía, de solo 7 años, cuya energía contagiosa y travesuras constantes nos llenan de alegría. Aunque a veces logre distraerme con sus ocurrencias, su risa es un recordatorio constante de la diversión y la belleza que el arte nos puede brindar.Sofía tiene una manera especial de ver el mundo, y su entusiasmo por la vida es una inspiración constante. Cada vez que se acerca a observar mis pinturas, con sus ojos llenos de curiosidad y preguntas interminables, me recuerda la importancia de mantener viva esa chispa de asombro y creatividad. Juntos, formamos un equipo único y maravilloso.

El apoyo y el amor que recibo de mi familia me permiten potenciar mis capacidades y dedicarme con pasión al arte. Cada pincelada y cada creación llevan un pedacito de todos ellos, y estoy eternamente agradecida de tenerlos a mi lado en esta aventura.